Se preguntaba, allá por los siglos XVII y XVIII, el filósofo, matemático, físico, y teólogo Gottfried Leibniz
- ¿Por qué algo en vez de nada?
Y, esa pregunta sigue teniendo más vigencia que nunca. ¿Por qué existe la materia, el tiempo, el espacio …? En realidad, podría no existir nada, simplemente una total ausencia de existencia de cualquier cosa en lo absoluto.
Más aún si, al observar el universo, nuestro universo, y estudiarlo con los ojos de la ciencia, nos damos cuenta de que tuvo un comienzo.
Sí, así es en efecto. El universo no es una entidad eterna, tuvo un principio que se remonta a hace 13.800 millones de años.
Pero, entonces:
- ¿Qué había antes?
Pues, al no existir el tiempo, no había un antes, así de sencillo y … así de complejo, así de enigmático y así de misterioso.
Antes del surgimiento del universo, no existía nada o, por lo menos, nada imaginable hasta ahora. La ciencia, tan valorada en nuestro siglo XXI, no tiene respuesta a la interrogante
- ¿Cómo pudo surgir algo de una nada o potencialidad pura?
A tal inescrutable acontecimiento es a lo que, la cosmología moderna denomina una Singularidad.
Para nuestra personal cosmovisión es la Primera Singularidad.